He usado «por accidente» X11 tras varios meses en Wayland y gracias, pero lo nuestro no puede ser

X11 no, Wayland sí

KDE, o mejor no generalizar y decir Nate Graham, ha dado por muerto a X11. El futuro pasa por Wayland, y en el artículo del enlace anterior también se puede leer que Fedora ya piensa en el momento en el que su spin con KDE use por defecto Wayland, poniendo los primeros clavos serios en el ataúd de X11. En el presente no todo es perfecto, y a veces merece la pena ir a X11 para realizar algunas tareas o comprobaciones. Lo malo es lo que se siente en esos momentos.

Y eso es lo que me ha pasado esta semana. Durante este verano he escrito varios artículos sobre emuladores para jugar a títulos de consolas clásicas, siendo el más reciente el del EmulatorJS que permite lanzar las roms desde el navegador. Hice muchas pruebas, pero para ser honesto no había querido probar nada de PSP para arriba porque pensaba que mis equipos no podrían soportarlo. Así que le di una oportunidad a PCSX2 en versión flatpak.

Wayland sigue sin ser compatible con algunos programas

La versión flatpak de PCSX2 en Wayland y KDE no muestra nada. Por lo menos en mi caso, al intentar lanzar un juego se ve todo negro. Sabiendo que aún quedan cosas por pulir en Wayland, cerré sesión e inicié en X11. Probé mi juego favorito de PS2, el God of War 2, vi que funcionaba, incluso mejor de lo que pensaba, como no soy muy fan de los paquetes flatpak miré si había algo mejor, descargué la AppImage… y bueno, me olvidé.

Horas más tarde me dispuse a trabajar.

Yo me he acostumbrado muy mucho a los gestos del panel táctil. Aún mejorarán en el futuro de KDE, pero actualmente uso mucho los gestos de moverme entre escritorios y mostrar la «rejilla» de los mismos. Con el primero me muevo a escritorios con otras aplicaciones o sencillamente busco uno vacío para trabajar con el escritorio limpio. Con el segundo muevo ventanas de un escritorio a otro para trabajar más cómodo.

Al estar en X11, a no ser que se instale software especial que prefiero no usar (decisión personal), los gestos no funcionan. Cero. Si resulta que descargo un archivo y quiero buscarlo en el escritorio como me he acostumbrado a hacerlo, ver que no pasa nada es una sensación extraña. El tiempo que he pasado en Wayland me ha hecho dar por sentadas algunas cosas, y uno piensa «¿Qué está pasando? ¿Cómo llego a donde quiero?».

Porque sí, justamente lo de ver el escritorio sigo teniéndolo en la esquina inferior derecha, pero cuando haces algunas cosas como el respirar, totalmente aprendido y automático, tener que pensar para hacer eso mismo es cuanto menos extraño.

Wayland es más preciso y ofrece mejor gestión multi-monitor

Las primeras veces que usas Wayland, el panel táctil se siente extraño. Va como acelerado, pero eso tiene una explicación: es más preciso; puedes hacer movimientos más pequeños. Al usar X11 la sensación no es tan grave, ni por asomo, que la que sentí de pasar de Ubuntu 9.04 a Mac OS X 10.5, más que nada porque el ratón de Apple de aquellos días no se movía ni a patadas; tuve que comprar un Logitech que aún conservo… Pero sí se mueve menos. Como digo, no es grave, y uno se puede acostumbrar pronto. Pero la precisión es la precisión.

Añado, porque me parece interesante, parte del comentario de José Luis Lopez de Ciordia sobre su uso y la gestión multi-monitor:

Se trata de que X11 gestiona FATAL la multipantalla, especialmente cuando hablamos de volver al sistema después de una suspensión o hibernación. En ocasiones me ha ocurrido ver al sistema «como si le estuviese dando un telele», parpadeando tremendamente. Otras veces, me he encontrado todas las ventanas que había abierto, desorganizadas totalmente e intercambiadas respecto a la pantalla donde yo las tenía. Esto apenas me ocurre desde Wayland; al menos con Gnome, que tiene mucho mejor avanzada la implementación de wayland que el resto de escritorios.

Yo uso mi ordenador de mesa para trabajo de desarrollo y diseño de sitios web, con lo que la doble pantalla me resulta muy útil y no voy a prescindir de ello. Prefiero utilizar mi sistema Linux con las mejores herramientas que lo soportan actualmente; que, hoy por hoy, son Wayland y Gnome.

Es lo que tiene seguir evolucionando.

Lo bueno de X11

Esto no pretende ser un artículo para criticar a X11, de eso ya se encargan KDE y Fedora. Es más bien para hablar de las diferencias entre lo que viene y lo que terminará yéndose. X11 es estable porque todo lo nuevo que recibe son parches sobre algo que ya funciona hasta donde llega, pero el futuro es Wayland.

Y como no quiero que esto quede como un ataque frontal hacia algo que muchos usuarios y proyectos siguen prefiriendo, terminaré este artículo con lo bueno o lo que «he recuperado»:

  • GIMP me permite seleccionar el color desde cualquier herramienta. Aunque, claro, que no lo permita en Wayland puede tener que ver que sigue usando GTK2…
  • El icono de GIMP se mantiene en el panel inferior de KDE sin crear uno nuevo. Otra vez, GTK2 puede ser el culpable.
  • Todos los iconos se ven. Yo uso mucho varias aplicaciones propias hechas en Python y GNOME Boxes, y cualquiera de las mías que no use Tkinter y otras muchas como GNOME Boxes muestran el logotipo de Wayland cuando se está en Wayland. En X11 los veo todos.

Aún así, yo ya he he acostumbrado a los pequeños bugs de Wayland y a todo lo bueno que me ofrece. Así que sigo con él.


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  1.   José Luis López de Ciordia dijo

    ¡Hola! Estupendo conocer tu opinión y tu comentario. Yo puedo aportar otro motivo que refuerza lo que dices, aunque referido a otro aspecto, que para mí (y algunos otros más) es importante.

    Hablas preferentemente de portátiles, respecto al touchpad. Pues mira, también hay también otra razón importante para usar wayland cuando usas un equipo de mesa con varias pantallas. Al menos, este tema me toca a mí directamente, y hace que especialmente me decante por wayland.

    Se trata de que X11 gestiona FATAL la multipantalla, especialmente cuando hablamos de volver al sistema después de una suspensión o hibernación. En ocasiones me ha ocurrido ver al sistema «como si le estuviese dando un telele», parpadeando tremendamente. Otras veces, me he encontrado todas las ventanas que había abierto, desorganizadas totalmente e intercambiadas respecto a la pantalla donde yo las tenía. Esto apenas me ocurre desde Wayland; al menos con Gnome, que tiene mucho mejor avanzada la implementación de wayland que el resto de escritorios.

    Yo uso mi ordenador de mesa para trabajo de desarrollo y diseño de sitios web, con lo que la doble pantalla me resulta muy útil y no voy a prescindir de ello. Prefiero utilizar mi sistema Linux con las mejores herramientas que lo soportan actualmente; que, hoy por hoy, son Wayland y Gnome. ¡Saludos!