Internet Explorer fue, durante muchos años, el navegador por defecto que usaban los sistemas operativos Windows. Era un navegador con sus puntos fuertes, pero con unos puntos flacos que incluso fueron motivo de «meme». Más recientemente, la compañía de Redmond, probablemente por el éxodo de usuarios que se pasaban a Firefox y sobre todo a Chrome/Chromium, decidieron lanzar Microsoft Edge, un nuevo navegador que dejaba muy buen sabor de boca, pero que podía mejorar.
La versión original de Microsoft Edge usaba el motor de la propia compañía llamado EdgeHTML, pero en 2018 decidieron que una de las mejores maneras de mejorar aún más su navegador era empezar a usar el motor Chromium, usado por la gran mayoría de navegadores más populares y que es de código abierto. El que en algunos medios mencionan como «Edgium» (Edge + Chromium) ha estado disponible en versiones de prueba desde hace meses, pero a partir de hoy se actualizará en Windows 10 de manera automática. También lo hará en Windows 7 y Windows 8.x.
Microsoft Edge pasa a ser compatible con las extensiones de Chrome
Es importante mencionar que Edge será totalmente compatible con Internet Explorer, lo que significa que es retrocompatible (aún hay mucho contenido que solo es compatible con el viejo navegador). Por otra parte, también incluye una herramienta llamada Collection que nos permite guardar contenido como imágenes o texto y tiene funciones de privacidad simplificadas, es compatible con las PWA (Progressive Web Apps), se pueden usar varios perfiles de usuario, dispone de modo lectura, modo oscuro y visualizador de PDF.
La actualización será automática e inevitable para todos los usuarios excepto los de Windows Business, quienes pueden usar la herramienta disponible en este enlace para bloquear la actualización. Teniendo en cuenta las mejoras y que habrá retrocompatibilidad, ahora mismo no se me ocurre ningún motivo para usar la herramienta, pero ahí está para el que la necesite.
En cuanto a la versión para Linux, Microsoft no ha aprovechado el momento para dar más detalles, por lo que tenemos que quedarnos con la promesa de que llegará en algún momento.