El pasado mayo escribí un artículo explicando cómo son las PassKeys. Lo resumiré rápidamente: la teoría dice que serán más cómodas y rápidas, pero la práctica dice que si tenemos equipos incompatibles es peor el remedio que la enfermedad. Han pasado seis meses desde aquel artículo, he empezado a ver las PassKeys en algún que otro servicio, he tratado de adaptarme a las nuevas tecnologías y repito lo mismo que entonces: de momento, gracias, pero no, gracias.
Y es que no hay nada peor que lanzar algo a medias. Recientemente, en un proyecto personal en el que trabajo con otra persona, le dije a mi compañero que había algo que daba problemas, a lo que él me respondió «Pues si no se comporta bien no puede salir a la calle«. Aquello en cuestión funcionaba, pero quedaba un fleco. Estaba completo, pero no bien. Encontramos una solución y ya lo estamos usando, pero no a medias. Ahora mismo ya se pueden usar las PassKeys en varios servicios web, pero aún no es su momento.
El problema de las PassKeys: equipos y navegadores incompatibles
En un servicio que uso habitualmente, ahí está el botón: usar PassKeys. Uno piensa en aquello de empezar a adaptarse y lo presiona con ilusión. Le llega una notificación al móvil, coge el número, lo copia en el navegador y luego le da a entrar. Básicamente es como una verificación en dos pasos. Bonito paseo para algo que ahora mismo es darle al botón, pues mi navegador web ya tiene la contraseña guardada.
En las PassKeys la contraseña somos nosotros, pero para que esto pueda ser así debemos estar registrados. La manera de convertirnos en contraseña es la de registrarnos en algún aparato compatible, entre lo que habrá que añadir una contraseña (Doh!), y ya podremos entrar a todo usando un dispositivo compatible y nuestra huella dactilar, cara o cualquier otra parte de nuestro cuerpo aceptada. Pero, ¿cómo me identifico en mi PC de 2019 con Linux?
La única manera de poder identificarnos desde un aparato «antiguo», véanse las comillas, será comprando una llave y teniéndola siempre conectada (más información) a uno de nuestros puertos USB. A partir de ese momento, cuando le demos al botón de iniciar con PassKeys, el navegador buscará en esa llave, podrá confirmar que somos nosotros y nos dejará pasar.
Todo cambiará en el futuro
En el futuro todo cambiará, difícil es que no lo haga cuando nos desplazamos adelante en el tiempo. Pero en el presente están las cosas a medio cocer. Lógicamente, mientras esto no se extienda bien y mucho seguirá estando disponible el campo para introducir la contraseña, faltaría más. Pero de momento es sólo eso, el futuro.
En ese futuro, mi portátil de, no sé, 2029 ya incluirá hardware para poder identificarme con mi presencia, y podremos olvidarnos de las contraseñas. En el presente, déjenme con mi campo y botón para introducir mi contraseña. Gracias.
Imagen: Google.