Un paseo con Bill Gate por Microsoft

Luego de firmar un contrato en el cual prometíamos usar Windows 7 durante los próximos 5 años, sin jamás poder cambiar de sistema operativo, por fin Bill Gates accedió a darnos una grata visita guiada por las instalaciones de Microdoft, en Redmond.
– Espero que no les haya parecido incómodo el examen rectal en la entrada– nos dijo cuando nos vio llegar. Respondimos que no, es más, nos pareció sumamente divertido Al parecer la cuestión de seguridad es muy rigurosa en las instalaciones, ya que nadie puede ni entrar ni salir, sin pasar antes por un minucioso examen rectal.
– Hemos tenido graves problemas en el pasado y muchas filtraciones de información, así que debemos ser muy precavidos.-
Nos llamó mucho la atención una cierta cantidad de personas que hacia cola para el examen, y luego de realizarselos, volvian a irse, sin entrar a las instalaciones. Le preguntamos a Bill sobre ésto, al o que respondió:
– Y bueno, no en todos los lugares uno puede recibir una exploración anal gratis.-

Lo primero que vimos fue un extraño y destruido tobogán gigante, estaba clausurado, con un cartel que decía «prohibido usar«. Al preguntarle que significaba eso, el señor Gates nos explicó:

– Vimos que en Google lo usaban así que les copiamos, pero tuvimos que abandonar la idea ya que no tenemos segundo piso, asi que para usarlo, había que subir al techo, y a los empleados no les gustaba. A cambio pusimos un pelotero en el patio y un elefante amaestrado en el estacionamiento. Todo sea para que la gente trabaje y se divierta. Un día solté 350 monos tití en todas las oficinas, fue el mismo año que sacamos Windows Vista, creo que distendimos demasiado al personal, así que tuvimos que matarlos a todos. Ojo, matamos a los monos, no al personal.

Seguimos caminando por los pasillos de las instalaciones hasta que llegamos a una gran sala donde pudimos ver a muchos programadores, aproximadamente unos 100 o 200, cada uno en sus pc, probando alguna especie de software nuevo, y cada dos o tres segundos, cada empleado tocaba un botón en su escritorio que hacía sonar una chicharra ensordecedora. El lugar era insoportable totalmente, eran 200 empleados pulsando el botón a cada segundo.

– Esta es la sala de pruebas. Cada ves que creamos una nueva aplicación la traemos aquí, y estos señores la testean a fondo para encontrar problemas, errores, etc. Cada ves que algún empleado encuentra un error, hace sonar la chicharra.
Le preguntamos que software estaban probando:
– Windows 7…. ba, que se yo, yo no trabajo más aca, ni idea que están haciendo.

Seguimos caminando hasta otra sala más adelante, donde nos sorprendimos al ver un puñados de monos saltando de una punta a la otra. Había un par que golpeaban con un palo a otro tendido en el piso, que no se movía. Otro estaba en un rincón chupándose el dedo, otro pasó corriendo vestido de bailarina.

– Aaa…aquí puse a los monos que no pudimos matar, para algo me van a servir en el futuro, nunca se sabe.

Por el mismo pasillo, nos encontramos con una puertita, no más grande de un metro de alto, con un candado cerrado puesto desde afuera. Le preguntamos a donde llevaba esa puerta.

– Esta es la oficina de Ballmer, no podemos molestarlo porque está trabajando.
Justo al alejarnos de la puerta, logramos escuchar unos golpes y alguien pidiendo auxilio con voz débil.

La caminata fue cortamente interrumpida por Richard Stallman que nos cruzó por el pasillo, se detuvo a saludar a Gates, y siguió su camino. Bill lo saludó con desgano. Le preguntamos qué hacía Richard Stallman aquí, a lo que nos respondió:

– Siempre viene a jodernos, le gusta enrostrarnos sus logros en la cara….aaa pero cuando yo la pegue con algo, te aseguro que me voy a pasar todo el día en su casa molestándolo. A, y también le gusta venir aca por la exploración rectal.

Ya casi terminando el recorrido por el pasillo, y ya cerca de la puerta de salida, nos atrevimos a preguntarle a Gates en qué ocupa su tiempo todo el día desde que no trabaja más allí en Microsoft.

– Me gusta hacer esto– contestó e hizo la tumba carnera contra un rincón, quedando en vertical mirando a la pared. – Descubrí que ésta forma es la más adecuada para poder leerle la mente a la gente. Le aseguro que he probado de todo pero ésta posición es la más adecuada.

Así terminamos nuestra visita por las instalaciones de Microsoft, obviamente, sin antes pasar por la exploración rectal.