Desde que me pasé a KDE, creo que no hay marcha atrás. Dejé atrás GNOME, demasiado simple para mí — aunque tiene cosas que me gustan –, y nunca me he planteado la vuelta. Si tuviera que cambiar algo, sería el sistema operativo, pero iría a otro con KDE/Plasma. Me gusta el escritorio y muchas de sus aplicaciones, pero también hay algunas en su catálogo que, en mi opinión, son innecesarias. Voy a explicar por qué.
Aunque aquí hable de KDE, en realidad el artículo trata sobre el intento de reinventar la rueda; de por qué proyectos grandes se empeñan en abarcarlo todo aunque ya existan opciones de sobra y mucho mejores de lo que tiene que ofrecer un grupo mayor. Pero como yo soy usuario de KDE, va a parecer que todo el texto de este artículo va dirigido a ellos. No será así. Más bien será una defensa de proyectos o programas que son tan buenos que el resto ya sobra.
KDE y su set de aplicaciones
En este enlace podéis ver las que ahora forman parte de las aplicaciones de KDE. En la lista vemos grandes apps como:
- Okular: visor de documentos.
- Krita: editor de imágenes, más destinada al dibujo que otra cosa.
- Kdenlive: editor de vídeo.
- Spectacle: herramienta de capturas de pantalla que desde hace meses permite anotaciones y grabar la pantalla en Wayland.
- Filelight: para mostrar estadísticas de uso de discos.
- Haruna: reproductor multimedia basado en MPV.
- y un largo etcétera.
Lo que pasa es que en esa lista también encontramos apps más recientes como AudioTube y PlasmaTube. Ambas son similares, siendo la primera una alternativa a YouTube Music y la segunda a YouTube, la plataforma original de vídeos. Estas son dos de las aplicaciones que me hicieron pensar en esto de dejar que gente que tiene más tiempo y ganas haga su trabajo.
AudioTube, aunque tiene un diseño que queda muy bien en KDE, deja mucho que desear. A ver, que si no conoces nada mejor es un «puntazo», es una gran aplicación que te permite escuchar música de YouTube sin tener que ir a youtube.co.. Pero ¿qué pasa si la comparamos con Spotube? Spotube también saca la música de YouTube, tiene sponsorblock — elimina trozos que no son de la canción en sí –, se puede usar sin identificarse o vincularlo a una cuenta de Spotify.
PlasmaTube también queda mal parada si la comparamos con FreeTube. A mí me habría gustado que funcionara bien, pero al conseguir el contenido de fuentes como Invidious, el rendimiento no es el mejor que podría ser.
¿Y Calligra? Le eché un vistazo rápido y está a años luz de LibreOffice. The Docuement Foundation no es un desarrollador de los pequeños, pero se dedican sólo a su suite de ofimática y eso se nota.
En busca de la mejor integración
Todo esto debe tener una explicación, y es mejorar la integración con el escritorio. También vemos en GNOME, por poner algún ejemplo, una aplicación que sólo sirve para reproducir archivos de audio sin muchas opciones. Si es lo que se busca, abrir VLC no queda tan bien como abrir algo sencillo basado en GTK. Y lo mismo pasa con Qt y KDE.
Pero aún así, dudo que sea lo mejor.
Si nos ofrecen opciones, podemos elegirlas. Si las elegimos, podemos dejar de lado a otras de desarrolladores más pequeños, y si éstos se desaniman, la mejor app puede terminar por desaparecer. En el caso de que haya menos opciones y usemos la del desarrollador, que en ocasiones es pequeño, su popularidad le animará, seguirá con su desarrollo y tendremos el mejor servicio disponible.
Aplicaciones para todos
También está claro que si se desarrolla un software es porque tiene su público. GNOME y KDE estuvieron preparando Telegrand y Tok, dos clientes de Telegram, para terminar dándose cuenta de que no merecía la pena el esfuerzo. Y esa creo que es la actitud correcta, siempre y cuando una aplicación no interese.
Si interesan, continuarán con su desarrollo, aunque yo desde aquí seguiré recomendando las mejores opciones para cada caso en concreto. Y a los grandes proyectos, que suelten lastre.